El fruto del trabajo del ganadero se materializa en el juego que dan en el ruedo los animales que cría.
Por eso cada vez que se lidian novillos de Toros de Tierz es un día de exámen. Un día que mezcla a partes iguales nervios e ilusión.
Cumplida la tarea de crianza, la no menos difícil tarea de vender los animales y verlos colocados en un cartel con toreros de garantías, las tensiones del embarque, desembarque y reconocimientos, sólo queda la realidad de lo que los novillos hagan en la plaza.
En esta ocasión y, continuando la racha de éxito y regularidad de los últimos años, saltaron al ruedo de Guardo Farsito y Torcaz.
A ambos los lidió y disfrutó el maestro Canales Rivera quien se entretuvo en cortarles nada menos que cuatro orejas.
Al arrastre del segundo, en justo reconocimiento al juego de ambos novillos, el presidente del festejo sacó el pañuelo azul.
Una vuelta al ruedo que premia el trabajo realizado en los últimos años y estimula e incentiva la apasionante tarea de seguir criando toros bravos en Toros de Tierz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario