Cada 13 de mayo el toreo celebra a su patrón, San Pedro Regalado.
Y en la ganadería de Toros de Tierz pensamos que la mejor forma posible de honrar al patrón era organizando un día completo de actividades en la finca: tentadero, tertulia y comida campera abrieron el programa que se completó con la asistencia a la corrida de toros que se celebró en la Plaza de Toros de Valladolid.
Aprovechando la necesidad de completar las faenas de tienta nos reunimos con un grupo de amigos aficionados dispuestos a participar en lo que es una tarea principal en el quehacer ganadero.
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| Foto de grupo de los participantes en el tentadero |
En la tienta, profesionales y aficionados. El novillero Ricardo Maldonado dirigió la lidia y Javier Bastida se encargó de calibrar la bravura de la vacas con la vara de picar.
Pero claro, la bravura es una cualidad indeterminada que ha de apreciarse observando de forma cuidadosa el comportamiento de los animales.
La salida explosiva, una oleada de furia, embestir con todo. Las manos por delante fruto de la inercia y el desconcierto de ver como el capote que se antojaba una presa segura desaparece a milímetros del hocico.
La llamada del picador en el primer encuentro es una ofensa imperdonable y el animal, arrogante acude con todo.
No sabe adónde va. El choque es violento y la becerra siente la quemazón de la puya de tentar, la pequeña pirámide de acero que más allá de herir busca provocar la ira en el animal bravo o la huida en el manso.
El puyazo, largo pero sin tapar la salida, ¡un olé por los picadores buenos!
Los puyazos se suceden y el animal se crece en la pelea. El cuerpo del ganadero se ensancha orgulloso por el comportamiento de sus animales que enseñan su clase embistiendo una y otra vez al picador con buen estilo, con el hocico por delante, el galope ya templado, con alegría y distancia.
Recargando, la cara abajo. Buena nota en el caballo.
Y de repente, ¡TOREARLA! La voz del ganadero rompe el silencio de una mañana de tentadero.
Sin tiempo de reponerse de la pelea con el picador, el toreo en el campo, ha de ser contra el animal, exigirle al máximo para buscar su fondo.
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| Lejos de aliviar a la becerra, el ganadero quiere verla embestir por abajo, obligándola pero hacia delante |
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| Luego, que pare, distancia y a ver qué pasa. |
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| Todo por abajo. La vaca, que tiene carbón responde |
¡Vista! A partir de ahí, los toreros se suceden, la vaca a más resiste una pelea incansable, larguísima. Sin abrir la boca. Sin doblar las manos. Sin permitir dudas ni errores.
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| La vaca no es fácil y se necesita tantear la embestida para después acoplarse y poder torear |
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| Pasarla lo más cerca posible |
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| Exige confiar y encajarse |
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| Romperse para tratar de prolongar al máximo la embestida |
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| El animal, muy bravo, lo quiere todo por abajo |
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| Y se viene arriba cuando se le levanta la mano |
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| Y de nuevo la distancia y el torero profesional |
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| Corregir los defectos que las manos inexpertas han ido provocando en la brava embestida de la becerra |
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| Para finalmente lograr que de nuevo surja el toreo templado y de ajuste perfecto |
En definitiva, un animal para ilusionarse pensando en cómo serán sus crías.
Y todavía con la emoción en el ruedo, el grupo de toreros distribuye como organizarán sus turnos en la vaca que se revuelve ya inquieta en el chiquero de la plaza de tientas.
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| Esta más terciada aparece en el ruedo con la misma explosividad |
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| El capote de Ricardo Maldonado le baja los humos obligándola a humillar desde el primer momento |
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| La becerra, con menos poder que la anterior, cumple en el caballo |
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| Sin embargo, le dará igual porque la prueba es implacable y una y otra vez se suceden los encuentros con el caballo. |
De principio transmite menos, pero en la muleta se crece y va a más, humillando y repitiendo constantemente, con ritmo.
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| Desde el principio embiste por abajo |
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| Codiciosa y con fe en coger el engaño |
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| Respondiendo cuando venía enganchada desde el principio del muletazo |
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| Con un ritmo sostenido, cada vez a más |
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| Y siguiendo la muleta hasta allí donde el torero sea capaz de llevarla |
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| Uno tras otro nuestros aficionados pudieron disfrutar de un pitón izquierdo sensacional |
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| Y torear asentados y firmes cuanto quisieron |
Después del tentadero un momento para celebrar la amistad, para la tertulia, para aprender de los que de verdad saben de toros. Comentar las incidencias, hablar de toros y del toreo en el palco de la finca.
La mejor celebración para honrar al patrón de los toreros.
¿La mejor? Seguramente no. La mejor celebración que pueden hacer los aficionados es ir a la plaza, ir a los toros. Dar continuidad y hacer grande el espectáculo pasando por taquilla y ocupando nuestra localidad en la plaza.
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| Foto Mario MC |
