miércoles, 8 de septiembre de 2021

ROMANILLO Y VASCUENCE. Dos novillos de vuelta al ruedo

Antiguamente era frecuente ver en los alrededores de las plazas de toros a algunas personas que, siendo grandes aficionados a los toros, por las razones que fueran no tenían la posibilidad de acceder al interior de la plaza para presenciar el espectáculo.

Desde fuera se conformaban con seguir con toda atención lo que ocurría en el ruedo a través de los sonidos del espectáculo. El pasodoble de inicio que acompaña al paseíllo, los silencios, los murmullos de expectación, el desgarro del clarín que abre la tarde, el grito sobresaltado del público, los aplausos… Esas eran para ellos eran las pruebas fehacientes del discurrir de la tarde.

Ayer, durante el festival celebrado en Simancas, me vino a la mente esta sensación a medida que se iban sucediendo las lidias de los diferentes novillos que saltaron al ruedo.

Y yo, que soy un convencido de que el toreo es ante todo emoción, me entretuve en sentir como el sonido de la plaza se modulaba al compás de la importancia de lo que ocurría en el ruedo. Y así, pude comprobar una vez más que el público no se equivoca. Que cuando aparecen la bravura, la casta, la movilidad y las embestidas profundas y codiciosas, el público despierta, se activa y el sonido de la plaza deja de ser el rumor anodino de la suma de mil conversaciones aisladas para convertirse en una sola voz. En el olé rotundo que nace de las entrañas cuando el muletazo es bueno. En el silencio tenso del miedo que provoca ver el peligro y el dolor del torero. En el suspiro de alivio cuando finalmente ese toro cae. En el escándalo desatado de la emoción que provocan al juntarse en un instante la sorpresa, la juventud, las ganas y la conjunción de un toro y un torero en una faena rotunda.

Y fueron dos novillos de Toros de Tierz, Romanillo y Vascuence, quienes provocaron esta melodía de emociones y ganaron con ello los honores de ver asomar en el palco de la presidencia el pañuelo azul por dos veces en la misma tarde.

Dos vueltas al ruedo para nuestros dos novillos rotundas que respondieron a la petición unánime del público.

Fueron Romanillo y Vascuence, sin embargo, dos ejemplares muy distintos. Terciados los dos, tuvieron una salida explosiva y una voluntad incansable de coger los engaños. Los dos tuvieron fuerza y duración.

A partir de aquí los matices.

Fue Romanillo un novillo de bravura seca, codicioso casi en exceso, que se comía los engaños y precipitaba la siguiente embestida reponiendo con rapidez. Un novillo que exigía una capacidad, un mando y una disposición del torero muy por encima de lo que su trapío habría hecho suponer. Embistió siempre fuerte y mejor cuanto más arrastrada y poderosa se le ofrecía la muleta.

Joselillo le aceptó la pelea y le plantó cara con gallardía y generosidad. De tú a tú, en una actitud que el público supo premiar, impactado todavía por el percance sufrido en la estocada, con sensibilidad y justicia otorgándole las dos orejas del novillo.

Vascuence, por su parte, fue un novillo de bravura enclasada, de embestida profunda, de los que para coger la muleta, colocan la cara haciendo el avión y se desplazan 3 metros más allá de donde acaba el muletazo para repetir pronto y con ritmo tres, cuatro, cinco … tantas veces como lo llamara su matador.

Daniel Medina, lo vio pronto. Y tras la garbosa tijerilla con la que lo recibió de salida, se entretuvo en cuajarlo con el capote. En la muleta el inicio de faena, andando hacia los medios, fue suave, cadencioso, casi displicente. Un entrante perfecto para una faena de toreo caro, estructurada, con tres o cuatro monumentos en forma de pases de pecho.

Con la espada eficaz. A la salida de la suerte un espectador dijo aquello de “está bien muerto, pero mal matado”. Pienso que no le faltaba razón.

Pero a esas alturas de la lidia poco importaba. Las dos orejas y el rabo del novillo ya estaban en sus manos y un nuevo pañuelo azul en el palco.

El público se había vuelto loco con el nuevo torero de Valladolid. Feliz por lo que acababa de ver y ansioso ya por volverle a ver.


Os dejo a continuación un reportaje gráfico que combina imágenes nuestras con otras cedidas amablemente por José Salvador.  

Alfonso González fue el organizador del Festival a través de la empresa Novatauro Iberia S.L. 


Este fue el cartel anunciador

Ficha del novillo Romanillo en la que por error figura con el nombre de su madre

Romanillo en el campo días antes de lidiarse


Así salió Romanillo al ruedo de Simancas

Ya en el capote embistió con fuerza y transmisión

Inicio poderoso de Joselillo

Romanillo se empleó con codicia. Foto J. Salvador

Tuvo una embestida hunillada y con mucha transmisión

El novillo embistió mejor cuanto más se le bajaba la mano

Muy codicioso pero noble

Embistió por los dos pitones

Sin ser fácil, se desplazaba hasta donde lo llevaba el torero

Tuvo duración y humillación

Joselillo le aceptó la pelea y lo toreó por los dos pitones

Encajado y tirando de una embestida de bravura seca

Romanillo embistió con el hocico por el suelo durante toda la faena


Antes de ir a recoger la espada el rostro de Joselillo reflejaba la intensidad de la faena

En el primer intento se fue detrás de la espada con rectitud y decisión

Momento del percance de Joselillo

Finalmente cobró la estocada Foto J.S.

El público supo premiar, impactado todavía por el percance sufrido en la estocada, con sensibilidad y justicia otorgándole las dos orejas del novillo. Foto J.S.


Ficha de Vascuence

Vascuence en el campo días antes del embarque hacia la plaza de Simancas

Daniel Medina recibió con pinturería al novillo

Para después cuajarlo con el capote

Verónicas lentas

El torero encajado y Vascuence embistiendo humillado. Foto J.S.

Daniel Medina lo toreó a placer. Foto J.S.

Vascuence fue pronto y repetidor. Foto J.S.

Siguió la muleta de Daniel Medina con nobleza y ritmo. Foto J.S.

Permitió al novillero realizar toda clase de suertes. Foto J.S.

Adornos y remates rodilla en tierra. Foto J.S.


Tuvo Vascuence una embestida para hacer el toreo caro. Foto J.S.

Para estar en novillero sin dejarse nada. Foto J.S.

Toreo ceñido... Foto J.S.

... y abandonado. A esas alturas de faena Daniel Medina ya tenía al público en el bolsillo. Foto J.S.

Así mostró el novillero su agradecimiento a Vascuence al inicio de la vuelta al ruedo al novillo. Foto J.S.

Y así paseó Daniel Medina las 2 orejas y el rabo de Vascuence


Nota Final. 

En este mismo festival se lidiaron 3 novillos de Hermanos Boyano que correspondieron al rejoneador Ferrer Martín (vuelta), David Luguillano (vuelta) y Fernando Tendero (oreja).

Destacó entre las cuadrillas Rubén Sánchez por su colocación y eficacia en la lidia durante toda la tarde.