En esta página del blog iremos explicando poco a poco algunas faenas camperas con las que trataremos de acercaros la realidad del día a día de una pequeña ganadería brava.
Para ello, hay que entrar en los cercados y acercarse lo más posible. La confianza que da lo cotidiano hace pensar a veces que los riesgos no existen y sin embargo no podemos olvidar que estamos ante ganado bravo.
En la época de las pariciones una de las faenas de campo más hermosas es localizar a los recentales y una vez acrotalados, devolverselos a la madre. En ese momento tienes la sensación de que se inicia una nueva historia de bravura y de ilusiones.
Acrotalar es colocar en las orejas del recien nacido los pendientes con su identificación ganadera. Un sistema de trazabilidad ganadera que certifica la pertenecia de la res a la ganadería y la sitúa en los libros genealógicos.
En cada vacada se realiza de forma diferente. En Toros de Tierz, prima la eficacia frente a otros aspectos. Siguiendo aquel dicho de que las cosas pronto y en la mano, la máxima es realizar la tarea cuanto antes y molestando a los animales lo menos posible.
Pero además acrotalar a los becerrillos es una tarea que encierra una dosis de peligro nada despreciable.
La fiereza de la madre, recién parida, cuando nota que su hijo ha sido descubierto crea algunos momentos de tensión para los que los hombres del campo bravo a veces encuentran refugios singulares.
Cuidar de la salud de los animales que componen la ganadería es clave para que cada uno de ellos pueda cumplir con la misión que tiene asignada dentro de la vacada.
Por esta razón es imprescindible tener un buen programa de saneamiento y desparasitación.
Los parásitos internos son necesarios para el buen funcionamiento del aparato digestivo de los animales. Sin embargo éstos deben mantenerse en las proporciones adecuadas. Esta es la finalidad de esta faena campera.
Este fin de semana, hemos aprovechado para desparasitar un lote de añojas.
La tarea no es complicada y consiste en preparar las dosis de medicamento a administrar e inyectarla en cada uno de los animales.
Previamente, con habilidad y un poco de paciencia, los hombres se imponen a las querencias y resabios de los animales y conducen el lote hasta las corraletas de la finca. Una vez allí, se les hace pasar por la manga donde de forma sencilla y segura se aplica a cada animal su dosis correspondiente en función del peso corporal.
REPASAR EL GANADO
Repasar los animales es una tarea diaria que se realiza en cualquier ganadería. Su misión es comprobar el buen estado de todas las reses y que no ha habido bajas por peleas o por cualquier otra circunstancia que se haya podido producir.Para ello, hay que entrar en los cercados y acercarse lo más posible. La confianza que da lo cotidiano hace pensar a veces que los riesgos no existen y sin embargo no podemos olvidar que estamos ante ganado bravo.
Es una tarea sencilla, pero que en las tardes del verano provoca instantes de gran belleza como los que os comparto a través de esta galería.
ACROTALAR
En la época de las pariciones una de las faenas de campo más hermosas es localizar a los recentales y una vez acrotalados, devolverselos a la madre. En ese momento tienes la sensación de que se inicia una nueva historia de bravura y de ilusiones.
Acrotalar es colocar en las orejas del recien nacido los pendientes con su identificación ganadera. Un sistema de trazabilidad ganadera que certifica la pertenecia de la res a la ganadería y la sitúa en los libros genealógicos.
En cada vacada se realiza de forma diferente. En Toros de Tierz, prima la eficacia frente a otros aspectos. Siguiendo aquel dicho de que las cosas pronto y en la mano, la máxima es realizar la tarea cuanto antes y molestando a los animales lo menos posible.
Pero además acrotalar a los becerrillos es una tarea que encierra una dosis de peligro nada despreciable.
La fiereza de la madre, recién parida, cuando nota que su hijo ha sido descubierto crea algunos momentos de tensión para los que los hombres del campo bravo a veces encuentran refugios singulares.
DESPARASITAR
Cuidar de la salud de los animales que componen la ganadería es clave para que cada uno de ellos pueda cumplir con la misión que tiene asignada dentro de la vacada.
Por esta razón es imprescindible tener un buen programa de saneamiento y desparasitación.
Los parásitos internos son necesarios para el buen funcionamiento del aparato digestivo de los animales. Sin embargo éstos deben mantenerse en las proporciones adecuadas. Esta es la finalidad de esta faena campera.
Este fin de semana, hemos aprovechado para desparasitar un lote de añojas.
La tarea no es complicada y consiste en preparar las dosis de medicamento a administrar e inyectarla en cada uno de los animales.
Previamente, con habilidad y un poco de paciencia, los hombres se imponen a las querencias y resabios de los animales y conducen el lote hasta las corraletas de la finca. Una vez allí, se les hace pasar por la manga donde de forma sencilla y segura se aplica a cada animal su dosis correspondiente en función del peso corporal.
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| El lote de añojas espera en su cercado. Es hora de imponerse a sus querencias y conducirlas hasta las corraletas de la finca |
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| Agruparlas en el interior de la manga facilita y quita riesgos a la tarea |
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| El ganadero y su equipo preparan las dosis de acuerdo con el plan de desparasitación y saneamiento |
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| Con todas las reses en la manga es importante que alguien señale los turnos para no repetir o dejar alguna sin inyectar |
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| En unos minutos la operación queda completada |
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| Y los animales reclaman con su mirada que es hora ya de recuperar su libertad y volver al campo |
ECHAR DE COMER
Probablemente cuando uno piensa en las faenas que se realizan en la ganadería se le viene a la cabeza el herradero o la selección en la plaza de tientas.
Son las más conocidas y sin embargo hay una que por cotidiana no parece apenas tener importancia.
La alimentación es la clave para que el ganado se mantenga sano y pueda demostrar su bravura en plenitud cuando llegue el momento.
Es una labor diaria, oscura y poco reconocida de la que se ocupa el personal de la ganadería y sin embargo vital e imprescindible.
Una labor que hace sentir al ganadero la verdadera dimensión de lo que es ser criador de toros de lidia.
Una labor que permite como pocas sentir la proximidad de la nobleza de estos animales.
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