miércoles, 19 de julio de 2023

EFEMÉRIDE en Toros de Tierz

Dicen que una efeméride es un acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él.

Y si en la vida de cualquiera que haya toreado hay un día que se recuerda como el más notable de los acontecimientos, ese es el día en el que se enfrenta por primera vez a un animal bravo con intención de torear.

Porque una cosa es ponerse delante y otra muy distinta es hacerlo con intención de torear.

La intención de torear, aunque sea como es mi caso únicamente por afición, conlleva asumir un compromiso de seriedad y educación taurina.

Conlleva la responsabilidad de aprender para ser consciente de lo que se hace.

Conlleva la voluntad de mejorar y superarse cada vez que uno se pone delante de los animales.

Conlleva una exigencia máxima de respeto hacia los animales y quienes los crían.

Conlleva un reconocimiento y admiración superiores hacia quienes han hecho, hacen o quieren hacer del toreo su profesión.

La intención de torear supone, en definitiva, una prueba permanente de humildad, constancia y tenacidad.

En el camino, sin embargo, el toreo te devuelve momentos de felicidad incomparables salpicados de golpes, pitonazos, volteretas y ¡cómo no! de algún que otro naufragio estrepitoso.

En mi caso, tengo que deciros que el toreo no ha podido ser más generoso. Me ha regalado el privilegio de compartir innumerables aventuras, tertulias, viajes, conversaciones, enseñanzas y experiencias de todo tipo con una legión de aficionados, toreros y ganaderos. Vosotros sabéis bien quienes sois y de todos vosotros guardo cada minuto vivido como un regalo de amistad permanente.

Tal vez os preguntéis porqué escribo esto hoy.

Escribo esto porque hoy se cumplen 15 años del día en el que -te lo agradeceré siempre amigo César- en nuestra querida placita de tientas de la ganadería de Toros de Tierz, el maestro David Luguillano me dijo de manera informal y cariñosa las siguientes palabras:

“Yo te concedo "la alternativa" en presencia de tu mujer y tus amigos y que tengas mucha suerte”

Aquella ceremonia simulada en el marco de una fiesta entre amigos que dio paso a mis primeros muletazos, la recuerdo hoy con la misma emoción de entonces.

Quiero deciros que en aquel momento adquirí el íntimo compromiso de promover y respetar al toro, al toreo y a los toreros.

15 años después celebro haberme hecho esa promesa que comparto con vosotros. 

Espero haberla cumplido con dignidad y os pido a todos que me ayudéis a mantenerla como mínimo otros 15 años más.