domingo, 6 de marzo de 2022

2022 HERRADERO EN TIERZ. Tiempo de esperanzas


Vivimos en un mundo de contrastes, en un mundo antinatural.

La sociedad, nos empuja a vivir a la misma velocidad de vértigo con la que se suceden las noticias en los medios de comunicación.

En apenas quince días hemos pasado de sentirnos seguros e invulnerables, a vernos inmersos en una guerra que se libra a escasas 4 horas de avión de nuestra querida Quinta de Tierz.

Es curioso, sin embargo, pararse a pensar en que la naturaleza no entiende de velocidad. Tiene sus ritmos, sus tiempos que no se pueden acelerar ni violentar.

Tal vez este contrapunto de paciencia y de saber esperar a que las cosas lleguen sea una de las cosas que más me atraen de la ganadería.

Pero el hecho de que los ritmos de los acontecimientos se sucedan con lentitud no quiere decir que no estén preñados de incertidumbres.

Por eso, hoy me apetece traeros el recuerdo del herradero que vivimos el día 19 de febrero como una historia de esperanzas.

Esperanza en que los principales protagonistas del herradero, nuestra camada de añojos, llegue a lidiarse y nos regale momentos de bravura, emoción y triunfo para los que tengan la suerte de poder torearlos.


Esperanza en que, entre la nueva camada de hembras, se encuentren las nuevas madres que darán continuidad a la ganadería.


Esperanza en que el trabajo que realizáis quienes estáis más cerca del día a día de la ganadería, siga dibujando en vuestros rostros sonrisas de felicidad verdadera.








Esperanza en que el día a día y la ganadería continúe dándonos la oportunidad de vivir la familia y compartirla con todos vosotros.




Esperanza de que los amigos que nos acompañáis, seáis cada año más numerosos y que os sintáis felices de formar parte de esta familia de Toros de Tierz.



















Esperanza en que las faenas del campo os ofrezcan a quienes las vivís por primera vez experiencias intensas para recordar.








Esperanza en que todavía quedan en nosotros las ganas y la ilusión de continuar haciendo las cosas de la forma más hermosa, en común, con entrega, sin pensarlo mucho, como se hierra un becerro a mano en el campo.








Esperanza en fin, en que hoy más que nunca, la hoguera que calentó nuestro herradero se convierta en un San Juan adelantado y que consuma en sus llamas las adversidades que se acumulan.




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