Para ello, hay que entrar en los cercados y acercarse lo más posible. La confianza que da lo cotidiano hace pensar a veces que los riesgos no existen y sin embargo no podemos olvidar que estamos ante ganado bravo.
Es una tarea sencilla, pero que en las tardes del verano provoca instantes de gran belleza como los que os comparto a través de esta galería.
Es una tarea sencilla, pero que en las tardes del verano provoca instantes de gran belleza como los que os comparto a través de esta galería.
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